Además de los efectos secundarios físicos de la TEC —traumatismo cerebral, pérdida de memoria, daño a órganos— están los efectos secundarios psicológicos.

La incapacidad repentina y permanente para recordar cómo hacer tareas simples, recordar los nombres de los mejores amigos, hijos o cónyuges, por no mencionar recordar su vida antes de la TEC, puede ser devastadora.

Lo suficientemente devastadora para que una persona se quite la vida. Sin embargo, los psiquiatras afirman descaradamente que la TEC previene el suicidio; una afirmación desacreditada por estudios que demuestran lo contrario. Estadísticas confiables muestran que el índice de suicidios es 13 veces mayor entre los pacientes que reciben TEC que aquellos que no lo hacen.