Informe del Departamento de Defensa sobre los suicidios en el ejército
IGNORA DELIBERADAMENTE
LA CONEXIÓN CON LAS DROGAS PSIQUIÁTRICAS

La última “investigación” sobre la causa de la epidemia de suicidios en el ejército es una completa basura y un verdadero insulto a los hombres y mujeres de nuestras fuerzas armadas.

“¿Es posible que los ‘investigadores’ no fueran conscientes de que el tratamiento de las enfermedades mentales en el ejército se reduce a distribuir pastillas? ¿No eran conscientes de que uno de cada seis militares estaba tomando alguna clase de droga psiquiátrica y, demasiado a menudo, está tomando un ‘coctel’ de drogas que alteran la mente?”.

Irónicamente, las noticias que se dan sobre el estudio de 11 páginas es que concluyó que el número cada vez mayor de suicidios en el ejército (349 el año pasado) no está relacionado con haber entrado en combate.

Pero esto no es información nueva y uno tendría que haber estado viviendo en una cueva para no saberlo, ya que durante años estos datos han sido públicos.

La “investigación” financiada por el Departamento de Defensa (con fondos de los contribuyentes), incluía información sobre 150,000 soldados entre 2001 y 2008 y deducía que los militares que se suicidaron eran bebedores empedernidos o sufrían presuntamente de alguna enfermedad mental.

De hecho, de acuerdo con el informe: “El hallazgo más importante fue que los problemas mentales, incluyendo trastorno bipolar, depresión y problemas relacionados con el alcohol, tenían una relación significativa con el aumento en el riesgo de suicidio”.

De acuerdo, eso tiene sentido, especialmente cuando uno considera la otra observación importante que los “investigadores” proporcionaron: “Los estudios muestran un aumento notable en la frecuencia de trastornos mentales diagnosticados a los militares en servicio activo desde 2005, siguiendo en forma paralela a la frecuencia con la que sucede el suicidio”.

Esto vale la pena repetirlo. Desde 2005, el aumento del índice de enfermedades mentales diagnosticadas sigue en forma paralela a la frecuencia con la que sucede el suicidio. Vamos, cualquiera que tuviera como mínimo una neurona todavía funcionando haría la siguiente pregunta... ¿qué drogas psiquiátricas se prescribieron a este personal militar?

¿Consideraron siquiera los “investigadores” que las drogas psiquiátricas que se están prescribiendo a los soldados recién diagnosticados como enfermos mentales podrían de hecho estar causando la conducta suicida? No. Y aun peor, las palabras “drogas” o “medicación” ni siquiera aparecen en el informe.

Así que el “objetivo” de la “investigación” era “identificar y cuantificar los factores de riesgo asociados con el suicidio en el actual y antiguo personal del ejército de EE.UU...”, ¿y estas grandes mentes de la medicina no consideraron importante añadir una variable más, drogas que alteran la mente, a la ecuación? Esto o bien es deliberado o es sencillamente estúpido.

¿Es posible que los “investigadores” no fuesen conscientes de que el tratamiento de las enfermedades mentales en el ejército se reduce a distribuir pastillas? ¿No eran conscientes de que uno de cada seis militares estaba tomando alguna clase de droga psiquiátrica y, demasiado a menudo, está tomando un “coctel” de drogas que alteran la mente? ¿No eran conscientes de que las prescripciones de Ritalin y Adderall escritas para personal en servicio activo han aumentado un 1000% en los últimos cinco años, o que hasta la fecha el Pentágono ha gastado más de mil millones de dólares en drogas psiquiátricas que alteran la mente?

Por supuesto, si los “investigadores” hubiesen siquiera remotamente tenido en cuenta ese importante dato, el siguiente paso lógico hubiese sido observar las reacciones adversas asociadas con las drogas psiquiátricas prescritas. Por ejemplo, dado que la depresión se menciona como uno de los “riesgos” identificados, al revisarlo, los “investigadores” descubrirían que los antidepresivos prescritos llevan la advertencia en recuadro negro más grave de la Administración de Alimentos y Medicamentos, FDA, advirtiendo que la droga puede causar ideación y conducta suicidas.

Esto no es ciencia aeronáutica y estos “investigadores” no son estúpidos. Que las drogas psiquiátricas se descartasen deliberadamente como una variable en este estudio, solo sirve para confirmar la completa indiferencia del Departamento de Defensa por el bienestar de sus tropas.

Se han escrito literalmente miles de artículos de noticias cuestionando la conexión entre los suicidios en el ejército y el aumento en el número de drogas psiquiátricas que se prescriben ¿y los “investigadores”, que están usando fondos de los contribuyentes, ni siquiera lo consideran como un posible factor de riesgo? Vergonzoso.


Kelly Patricia O’Meara es una galardonada y antigua reportera de investigación de la Revista Insight del Washington Times, que ha escrito docenas de artículos denunciando el fraude de los diagnósticos psiquiátricos y el peligro de las drogas psiquiátricas, incluyendo su innovador artículo de portada en 1999, Guns & Doses [Pistolas y Dosis], que revela el vínculo entre las drogas psiquiátricas y los actos de violencia sin sentido. También es la autora del aclamado libro, Psyched Out: How Psychiatry Sells Mental Illness and Pushes Pills that Kill [Psiquiatrizado: Cómo la Psiquiatría Vende las Enfermedades Mentales y Fomenta Píldoras que Matan]. Antes de trabajar como periodista de investigación, O’Meara paso dieciséis años en el Capitolio como empleada del Congreso para cuatro miembros del Congreso. Tiene una licenciatura en Ciencias Políticas de la Universidad de Maryland.

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