Comisión Ciudadana por los Derechos Humanos

En 1969, fue establecida la Comisión de Ciudadanos por los Derechos Humanos (CCHR) para investigar y exponer la violación de los Derechos Humanos por parte de los psiquiatras y limpiar el campo de la salud mental. Por más de un siglo, la teoría psiquiátrica ha mantenido que debido a que ni los asuntos espirituales ni la mente pueden ser medidas con instrumentos físicos, estos no existen y no tienen lugar en el tratamiento de la salud mental.

La típica práctica psiquiátrica tenía la intención de que esos pacientes fueran tratados como animales, ellos eran despojados de sus derechos y posesiones legales, brutalizados y encerrados en condiciones degradantes. A los reclusos se les aterrorizaba con tratamientos de electrochoque, usualmente como castigo y sin consentimiento. Las lobotomías psiquiátricas y otros procedimientos de psicocirugía, destruían la mente y las vidas. Las poderosas drogas neurolépticas (que afectan los nervios) causaban daños irreversibles al sistema nervioso y al cerebro haciendo que los pacientes quedaran aletargados, apáticos y menos alerta. Además, los pacientes eran atacados y abusados sexualmente, todo bajo el disfraz de “terapia”. Cualquier afirmación de una base científica era un engaño.

Considera la historia de la actriz de Hollywood Francés Farmer, quien en un periodo de seis años en la década de 1940 apareció en dieciocho películas, tres obras de teatro de Broadway y treinta espectáculos de radio destacados, todo antes de la edad de veintisiete años. Entonces, al verse afectada por una serie de relaciones fallidas y adicta a las anfetaminas para controlar su peso, Farmer fue ingresada a un hospital psiquiátrico del Estado de Washington. Al ser violada por los ayudantes del hospital, prostituida por el personal a los soldados de una base militar cercana, encerrada en una jaula, sometida a electrochoque y tratamiento de choque de insulina, al recibir “choques" en una bañera de agua helada, al administrarle drogas poderosas que le debilitaban y además aplicarle psicocirugía, la personalidad y carrera de Frances Farmer fueron destruidas.

A diferencia de muchos otros, Farmer sobrevivió y pudo contar sus experiencias: “Nunca te consueles en creer que el terror ha pasado, pues te asecha tan grande y tan malvado hoy como lo hizo en la época despreciable del Manicomio Bedlam. Pero debo relatar los horrores tal como los recuerdo, con la esperanza de que algún poder en pro de la humanidad pueda compadecerse y alivie para siempre a las desafortunadas criaturas que aún se hallan prisioneras en los pabellones posteriores de instituciones decadentes".

La Comisión de Ciudadanos por los Derechos Humanos es ese poder.

Inspirado por la visión humanitaria de L. Ronald Hubbard, quien identificó el abuso inherente en los actos de la psiquiatría cuando dijo: “No debe haber ningún grupo de influencia dedicado a la degradación del Hombre", hoy en día CCHR es el preeminente vigilante internacional de la psiquiatría.

Establecida por la Iglesia de Scientology como un grupo de reforma social independiente y co-fundada por el Dr. Thomas Szasz, Profesor Emérito de Psiquiatría, CCHR ha sido responsable de muchos cientos de reformas internacionales ganadas a través de: testimonios en juicios legales, su propio descubrimiento de los hechos del abuso de la psiquiatría, su trabajo con los medios de comunicación, organismos de cumplimiento de la ley y funcionarios públicos.

Por medio de la diligencia de CCHR, miles de víctimas de abuso han sido rescatadas, los pacientes han ganado nuevamente sus derechos legales y civiles, decretos sobre la salud mental alrededor del mundo han prohibido la arbitrariedad en el uso del tratamiento de electrochoque, de psicocirugía y se ha prohibido el tratamiento de sueño profundo (narcosis) y el choque de insulina. Ahora existen leyes para asegurar que la violación de los pacientes por parte de la psiquiatría sea tratada a través de juzgados penales, y muchos de los centenares que han sido dañados por el “tratamiento” psiquiátrico han sido compensados. A nivel internacional, los organismos reguladores de drogas ahora advierten de forma frecuente los riesgos de las drogas psiquiátricas.

Sin embargo, el poder de los psiquiatras para coaccionar a los padres para que den a sus hijos drogas psicotrópicas extremadamente peligrosas, nos condena a una cultura de drogas cada vez mayor y a la destrucción de la unidad familiar. A veinte millones de niños alrededor del mundo se les han recetado antidepresivos que causan comportamiento violento y suicida. Esto incluye incluso niños menores de un año, a quienes se les están recetando ahora fármacos que alteran la mente. A millones más de nuestros jóvenes se les están recetando estimulantes que son más poderosos que la cocaína. Por lo tanto, el trabajo de CCHR sigue siendo extraordinario y su papel de vigilancia para prevenir los abusos de los derechos humanos es aún más vital.

Para muchas víctimas de la psiquiatría, CCHR es su única esperanza, el único grupo dispuesto a escuchar, que no atribuirá sus declaraciones más graves a las “delusiones” de la “enfermedad mental”. Por medio de la labor de CCHR, innumerables vidas han sido salvadas o rescatadas de la degradación personal que sigue a raíz del tratamiento psiquiátrico.

Hoy en día, CCHR continúa orgullosamente su labor de vigilancia con más de 250 filiales en más de 34 países, cifras que van creciendo año tras año, en lo que es no menos que una batalla mundial por la dignidad y la decencia del Hombre. Más vital que nunca, la labor de CCHR estará hecha únicamente cuando las prácticas fraudulentas de la psiquiatría sean eliminadas y se les haga responsables de sus tratamientos dañinos y violaciones a los derechos humanos. 

Sinceramente,


Jan Eastgate
Presidente, Comisión
de Ciudadanos por los Derechos Humanos Internacional

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