“Nunca hemos drogado a nuestros soldados hasta este punto y el aumento actual de los suicidios no es una coincidencia. ¿Por qué no se ha relevado a la psiquiatría de los puestos de mando en los Servicios de Salud Mental del ejército? En cualquier otra posición de mando en el ejército, habría habido un cambio de liderazgo”.

- Bart Billings, Ph.D., Coronel retirado y ex psicólogo militar

La vida de un soldado es exigente.

Se te entrena para estar alerta, decidido, concentrado y para estar física y mentalmente en forma. Es una necesidad.

Pero los soldados que operan bajo el efecto de las drogas psiquiátricas reflejan justo lo opuesto.

No obstante, las historias clínicas electrónicas del ejército muestran que por lo menos uno de cada seis miembros del servicio ha estado tomando alguna forma de droga psicotrópica. Es probable que este índice esté muy subestimado, dado que no se llevan registros de prescripciones en el frente, pues los médicos o los soldados entre sí a menudo suministran las drogas de manera informal.

Los riesgos de tomar drogas psicotrópicas son ampliamente conocidos. En lo relacionado con los antidepresivos, hay ahora cerca de 100 agencias reguladoras de drogas en diez países y en la Unión Europea que alertan a quienes las prescriben y a los pacientes de los efectos adversos de las drogas, que incluyen hostilidad, conducta violenta y suicidio.

Aunque ninguna de estas drogas es de verdadera utilidad para el soldado en servicio activo o para el veterano, el Departamento de Defensa y el Departamento de Asuntos de Veteranos de EE.UU. han gastado casi 2 mil millones de dólares desde el año 2001 para tratar trastornos mentales. Esta sorprendente suma no sólo refleja lo que pasa en Estados Unidos: cada año el Departamento de Asuntos de Veteranos de Australia gasta 160 millones de dólares en salud mental para sus veteranos.

A pesar de esto, este tipo de gastos considerables de la psiquiatría, en los ejércitos de todo el mundo, no han hecho nada para reducir el índice de hospitalización de las tropas activas por problemas de salud mental. Además de esto, los índices de suicidio siguen en aumento.

Más soldados y veteranos británicos cometieron suicidio en el 2012 que los que murieron en batalla. Y más empleados de la Fuerza de Defensa Australiana han muerto por suicidio durante la última década de los que han muerto en el frente.

Entre 2001 y 2009, hubo 2,100 suicidios en el ejército estadounidense, cifra que triplica el número de tropas que murieron en Afganistán y representa la mitad de todas las muertes estadounidenses en Irak. Durante el mismo período, las prescripciones de drogas psiquiátricas en el ejército que se sabe causan pensamientos y actos suicidas, aumentaron un 76%.

A los veteranos estadounidenses les fue incluso peor. Cada 65 minutos se suicida un veterano del ejército estadounidense, la impactante cifra de 22 por día.